domingo, 8 de febrero de 2009

La senda ciclo-turista ¿para cuándo?

















La iniciativa no fue de CUBERA. Era un sentimiento difuso, que se materializó en el seminario de Ciencias Naturales, dirigido por el profesor del Instituto de Bachillerato de Villaviciosa, el biólogo Bernardo Busto. En 1994 recogieron la friolera de 1.520 firmas e iniciaron las marchas en bici a El Puntal, actuación que vienen realizando con puntualidad cada año. La agrupación local de Izquierda Unida dio su decidido apoyo.


CUBERA se sumó a la iniciativa y en el mes de febrero de 1996 se personó en la información pú­blica sobre el "Estudio Informativo del trazado de acondicionamiento del tramo de la carretera AS-256 entre El Porreo [sic] y Villaviciosa", así como sobre su "Estudio Preliminar de Impacto Ambiental". El título del proyecto resultaba equívoco y erróneo, algo a lo que desgracia­damente nos tiene acostumbrados el Departamento de Carreteras del Principado de Asturias: el tramo objeto de obras es realmente el comprendido entre El Calieru y El Riañu. Las obras suponían la me­jora del firme y la rectificación de algunas curvas. El escrito, además de hacer hincapié en el respeto a la toponimia, demandaba la cons­trucción de un carril-bici, infraes­tructura que no se contemplaba en el proyecto. El carril se era más imprescindible, dado que la mejora que se iba a producir en la carretera supondría un aumento de la velocidad de los automóviles, con el consiguiente incremento del riesgo -ya alto- para peatones y ciclistas. Esta solicitud no era caprichosa, pues esta carretera es utilizada como lu­gar de paseo en bicicleta, al ser aquella zona lugar de ocio y esparcimiento, que se vio potenciado con la declaración de la Ría como Reserva Natural Par­cial.

"Pensamos -dijimos entonces- que con la construcción del carril-bici se pueden plantear pequeñas zonas de descanso y plantar árboles (plátanos, aca­cias ... ) sustituyendo a aquellos que han sido derribados a lo largo del tiempo y a los que sea imprescindible talar al mejorar la carretera, replantando en los márgenes de la Ría "tamariscos", especie caracte­rística de la zona y que ha sido muy castigada en los últimos años.

Contra es­ta solicitud no se pueden alegar motivos económicos -ya que su coste es pequeño-, de espacio o de dificultades administrativas, pues estamos hablando tanto de una demanda muy sentida en Villavi­ciosa como de la seguridad perso­nal de peatones y ciclistas. En sen­tido similar al de CUBERA se mani­festó el Pleno del Ayuntamiento al encargar a la Oficina Técnica Mu­nicipal un estudio del carril bici pa­ra aportar a la Consejería de Fo­mento.

El 11 de marzo CUERA se entrevistó con don José María Pertie­rra, Jefe del Servicio de Conserva­ción Viaria de la Consejería de Fo­mento. El sr. Pertierra nos comentó que la iniciativa de construcción del ca­rril-bici, que él prefirió llamar sen­da cicloturista, debería de partir de la Consejería de Cultura y en colaboración con la Demarcación de Costas, pues desechaba por la inseguridad viaria que conlleva el realizar una ampliación del arcén para instalar allí el carril. Dada la tramitación dependiente de diver­sas administraciones, creemos que el Ayuntamiento tiene la obliga­ción de tomar la iniciativa de coor­dinar y exigir esta actuación y no contentarse con un mero acuerdo plenario"1.

Senda peatonal/Carril-bici abierta desde Villaviciosa a El Puntal, con una posterior conexión con Tazo­nes siguiendo los antiguos caminos. La positiva experiencia de utilización de sendas peatonales o cicloturistas como motor de desarrollo de lugares poco conocidos de Asturias (es el caso de la Senda del Oso, u otras más tra­dicionales) pueden servir como mode­lo a seguir en su trazado. El palacio de El Puntal debe ser uno de sus hitos, bien como mirador o como lugar de llegada. Su recorrido debe reflejarse en la cartografía del Plan Especial, para que sea vinculante ante las dis­tintas administraciones actuantes en ese territorio. Se adjuntó al escrito el estudio de distintos trazados realiza­do desde el Instituto de Enseñanza Media de Vilaviciosa. La financiación del carril-bici encaja dentro de las líneas de subvención de los fondos PRODER. En el año 2003 dirigimos una nueva propuesta a la Consejería y tuvimos la alegría de recibir una comunicación de que el demandado carril quedaba incluido en el Plan de Ordenación del Litoral Asturiano (POLA). Esta inclusión por sí misma no generaba el carril, pero era de suma trascendencia el que fuera asumido porque de lo contrario sería inviable. La noticia se difundió y un socio hizo estas manifestaciones, que resumimos:

"He leído con satisfacción en la prensa regional la noticia de la propuesta de creación de un itinerario peatonal y ciclista en la Ría de Villaviciosa que enlazará los parques de nueva creación con el Puntal, siguiendo la margen izquierda de la Ría.

La idea me parece digna de un amplio apoyo ciudadano dada la belleza del entorno geográfico en que se desarrolla y del éxito que los citados itinerarios tienen en todos los lugares en que se han ido realizando. Los asturianos residentes fuera de la "tierrina" y aficionados al montañismo y la bicicleta vemos con envidia cómo en otros lugares se realizan proyectos que nosotros tenemos excelentes posibilidades de desarrollar y que por diversas causas (dejadez, inoperancia, etc.) no los llevamos a cabo.

La Coruña fue pionera en los carriles-bici de la costa cantábrica, siguiendo un lógico paseo litoral que permite el disfrute del paisaje. No se trata de realizar pistas de competición sino de facilitar una práctica deportiva relajada al alcance de todos los ciudadanos con acceso lo más cercano posible a su domicilio lo que permite un uso habitual en el tiempo libre de que cada uno disponga. El reciente itinerario de la costa de Huelva y Punta Umbría es también un buen ejemplo en un lugar donde el cuidado medioambiental nunca había destacado en las preocupaciones institucionales. La costa asturiana tiene una belleza que debe ser disfrutada al margen del ruido y la contaminación que produce el generalizado vicio de introducir el automóvil en todas partes.

Un apartado que debería cuidarse en el proyectado itinerario es la separación entre el carril-bici y el peatonal dada la dificultad de hacerlos compatibles (por las molestias a la tranquilidad de los peatones por parte de algunos ciclistas); así se está haciendo en otros países como Suiza y Francia pioneros en esta materia. Los lagos suizos permiten disfrutar a caminantes y ciclistas de largos paseos por sus orillas alejados de la agresividad del tráfico rodado. Si la pista tuviera que ser común por escasez presupuestaria sería conveniente colocar un bordillo separador acompañado de unos carteles informativos que se sitúen en las entradas de la misma. La propuesta de CUBERA es digna de elogio por todos los interesados en el cuidado de nuestro paisaje y la protección del medio ambiente. La Consejería y el Ayuntamiento tienen ahora una excelente oportunidad de hacer algo útil para el deporte y el recreo de los ciudadanos"2.

Van pasando los años y observamos cómo se multiplican las sendas, con enorme éxito y aceptación. Entre otras la del Sella, y más aún más cerca la senda de Cabranes río arriba, son casos que producen en nosotros admiración. Y, al propio tiempo, ¿por qué no confesarlo?, desilusión porque no podemos perder de vista que vivimos en un medio privilegiado para una senda de este tipo, que se deslizaría por tierras llanas, recorriendo un paisaje excepcional y variado. No es ya una cuestión de disfrute. Es salud. Y es economía lo que se está desperdiciando.

Y todo ¿por qué? Por falta de gestión. Por desidia e incapacidad. La senda es una de las varias carencias de gran fuste. Y, siendo así las cosas, ¿a quién clamar?


CUBERA
1 CUBERA, n. 27 (1996), p.46.

2 Rafael G. Tuñón, En pro del paseo fluvial, en CUBERA n. 27 (2005) p. 7